Podemos describir Big Buddha Cheese como una excelente variedad, con una apariencia visual que nos recuerda la mítica Skunk de los años 80’.

Desde su germinación se puede observar su vigorosidad en su crecimiento, creando una estructura de planta sativa con tallos lo bastante gruesos como para soportar unas largas ramas laterales con una distancia internodal corta. Sus hojas son largas y finas de un color verde oscuro aportado por la genética Skunk.

Su cultivo en exterior y bajo buenas condiciones puede llegar a ser una planta grande debido a su gran vigorosidad, característica presente en ambas genéticas predecesoras. En cultivos de interior responde muy bien a cualquier sistema de cultivo, ya sea en tierra o hidropónico, aunque es en sustrato tierra y utilizando abonos orgánicos es cuando se obtienen los mejores resultados en cuanto al olor y sabor.

Durante la floración podremos ver como las cortas distancias internodales se convierten en largos racimos de flores, creando unos cogollos muy compactos. Podemos destacar de este híbrido su inmensa capa de grandes glándulas de resina característica heredada por parte de la landrace original de las montañas de Afganistán. Es al final de floración cuando el olor a queso es muy fuerte y presente en el ambiente, con lo que se hace indispensable el tratamiento de los olores con filtros de carbono u ozonizadores.

El resultado final después de un buen proceso de curación será el de unas flores que al ser consumidas dejarán patente al paladar su apreciado sabor a queso. Procurará un efecto de gran subida, limpio y embriagador que harán de este híbrido una excelente elección para aquellos cultivadores que busquen en una planta de marihuana un sabor diferente de gran calidad y potente efecto.